Los embriones que se producen en un tratamiento de reproducción asistida, permanecen en cultivo en incubadoras hasta 5 o 6 días luego de la fecundación. Durante todo este tiempo se evita sacarlos de la incubadora para no perturbar el ambiente en el que se desarrollan y permitir que lleguen al estadio de blastocisto.
Cuando llegan a blastocisto, se pueden transferir al útero o criopreservar para realizar la transferencia en otro momento. Tanto para la transferencia como para criopreservarlos, los embriólogos los evalúan en el microscopio y les dan una clasificación según su morfología. Hay distintas formas de clasificar los embriones pero todas tienen en cuenta los mismos aspectos.
Clasificación de los blastocistos propuestos por Gardner
En In Vitro Buenos Aires utilizamos la clasificación descrita por Gardner que tiene un número y combinación de dos letras:
El número corresponde al grado de expansión del embrión: siendo grado 1 cuando está poco expandido, 4 cuando alcanza el mayor grado de expansión y 6 cuando se produjo por completo un proceso natural que sufre el embrión que es la eclosión de su zona pelúcida.
Las letras indican la calidad de las dos partes que conforman el blastocisto: la masa celular interna (que dará origen al feto) y el trofoectodermo (que formará la placenta). Se clasifican como A, B o C donde A implica número correcto de células y óptima calidad, mientras que C es la menor calidad.
Por ejemplo un embrión clasificado como blastocisto 4 AA es un embrión de excelente calidad y grado de expansión y un blastocisto 4 BB, 4 BA y 4 AB son de muy buena calidad mientras que un blastocisto 4 CC tiene defectos tanto en la masa como en el trofoectodermo aunque alcanzó un correcto grado de expansión.