La infertilidad secundaria se puede definir como una incapacidad para quedar embarazada o de llevar un embarazo a término luego de haber dado a luz previamente.
Este tipo de infertilidad puede tener como causa diversos factores físicos pero también emocionales de los pacientes, o puede deberse a problemáticas en el hombre, la mujer o en ambos. Al presentar un origen variado los tratamientos dependen, entonces, específicamente de la causa que genera la infertilidad.
¿Qué es la infertilidad secundaria?
Dentro de las problemáticas que puede afrontar una pareja a la hora de tener un hijo, debemos mencionar la infertilidad, que se divide en dos instancias bien claras: la infertilidad primaria y la secundaria.
Cuando se habla de infertilidad primaria nos referimos puntualmente a las parejas que no han podido lograr el embarazo después de al menos un año de coito sin usar método anticonceptivo alguno. La infertilidad secundaria, en cambio, se refiere a las parejas que han podido quedar embarazadas al menos una vez, pero en la actualidad no pueden debido a una serie de factores que pueden coincidir, en algunos casos, con los de la infertilidad primaria.
Por supuesto, no hay que confundir estas situaciones con la esterilidad. Esta complicación se denomina así cuando la pareja es estéril, situación que se determina, si uno o los dos miembros no tienen la capacidad de concebir, por lo que no se desarrollará dicho embarazo de manera normal en tiempo y forma.
¿Cuáles son las causas de la infertilidad secundaria?
Las causas principales de la infertilidad secundaria pueden variar de paciente en paciente y de pareja en pareja, ya que pueden ser afecciones del hombre, de la mujer o de ambos. En todos los casos las consultas con profesionales siempre allanan el camino hacia una terapia más eficiente.
Vamos a señalar cuáles son las causas más significativas:
- Un posible deterioro de la producción, función o entrega de esperma en los hombres.
- Una serie de daños en las trompas de Falopio, trastornos en la ovulación, endometriosis o afecciones uterinas que se manifiestan en las mujeres.
- Algunas complicaciones que estarían relacionadas con una cirugía o embarazo anteriores.
- Alteraciones en los factores de riesgo del hombre o de la mujer, como la edad, el peso y el uso de ciertos medicamentos.
- Otras causas resultan ser posibles hábitos perjudiciales para la salud general y la fertilidad como el tabaquismo, o el consumo de alcohol y drogas.
Los problemas con la infertilidad, ademas de las tasas de abortos espontáneos, aumentan considerablemente cuando se superan los 35 años. Aunque, existen opciones para recolectar y almacenar óvulos para las mujeres de entre 20 y 30 años. Así podemos ayudar a garantizar un embarazo exitoso si este se extiende hasta después de los 35 años.
Pruebas que determinan la infertilidad secundaria
Son variados los exámenes que se pueden realizar para detectar problemas de infertilidad; en gran parte de los casos, se necesitarán exámenes de sangre y por imágenes. En las mujeres, estos estudios pueden incluir exámenes de sangre para verificar el nivel de hormonas, como progesterona y la hormona foliculoestimulante, o también kits caseros para la detección de la ovulación en la orina.
Se complementará con una serie de pruebas para descartar patologías y determinar el estado general, que pueden incluir:
- Medición de la hormona antimulleriana -sirve para ver cuántos óvulos válidos todavía tiene la mujer en los ovarios.
- Histerosalpingografía que evalúa la forma del útero y verifica si las trompas de Falopio están abiertas.
- Ultrasonido pélvico.
- Laparoscopia.
- Pruebas de la función tiroidea.
En el caso específico de los hombres, los exámenes requeridos pueden incluir:
- Análisis de semen, como un conteo de esperma.
- Examen de testículos y del pene.
- Ultrasonido de los genitales masculinos que solo se hace en ocasiones especiales.
- Exámenes de sangre para verificar los niveles hormonales.
En caso de detectar anomalías se puede pedir también biopsia testicular, aunque se solicita en raras ocasiones cuando las pruebas apuntan a un diagnóstico más complejo.
¿Qué tratamientos se pueden realizar?
Cada tratamiento dependerá de la causa que genera la infertilidad. Estos pueden consistir en educación y asesoría sobre la afección para posteriormente, incorporar tratamientos para la fertilidad en caso de ser necesario.
Dentro de los tratamiento para la fertilidad los más recurrentes son:
Inseminación intrauterina -IUI-
El procedimiento de inseminación artificial consiste en la colocación de una muestra concentrada de semen directamente en la cavidad uterina, para mejorar la posibilidad de concepción. Este se realiza cerca de la fecha de ovulación.
Fecundación in vitro -IVF-
Para la fertilización in vitro, se extraen los óvulos maduros del cuerpo para ser fecundados con esperma en el laboratorio. Una vez realizado el procedimiento, los óvulos fecundados -embriones- se transfieren al útero. El tratamiento se completa en un plazo aproximado de dos semanas.
Tratamientos con medicamentos
Los tratamientos con medicamentos se aplican para tratar dos tipos de problemáticas: por un lado, las que influyen sobre la formación y liberación de los óvulos y, por el otro, las derivadas de infecciones y trastornos de coagulación.
Los métodos consisten en la administración por vía oral o inyecciones de hormonas para equilibrar el desbalance y estimular la maduración de los ovocitos. En el caso de los trastornos de coagulación, los medicamentos suministrados incluyen anticoagulantes y antiplaquetarios y se reponen factores de coagulación que sufren déficit.
Tratamiento transversa
Como tratamiento transversal, se trabaja sobre la nutrición como estrategia para optimizar la salud a través de una dieta específica que cubra las necesidades de cada caso.