El virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) es un retrovirus que se transmite a través de fluidos corporales y afecta a las células del sistema inmunológico, principalmente a los linfocitos T. Una vez que el virus infecta a las células, comienza a replicarse, destruyendo a las células inmunitarias produciendo una disminución progresiva en la inmunidad. Sin tratamiento, la infección por HIV puede progresar a SIDA (sindrome de inmunodeficiencia adquirida), caracterizado por una susceptibilidad para infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer.
La introducción de la terapia antirretroviral ha mejorado la sobrevida a la enfermedad, transformando actualmente al HIV en una enfermedad crónica manejable. Gracias a estas terapias las personas con HIV pueden tener una buena calidad de vida y planificar un embarazo en el contexto del seguimiento médico.
Riesgos y precauciones
La relación entre HIV y salud reproductiva es compleja y multifactorial, afectando tanto a hombres como a mujeres en diversos aspectos. El HIV tiene implicancias significativas en la salud reproductiva debido a sus efectos biológicos, psicológicos y sociales.
Las mujeres HIV positivas tienen una tendencia a presentar una fecundidad reducida, debido a alteraciones biológicas en la fisiología reproductiva. Además los medicamentos antirretrovirales , pueden generar toxicidad sobre los gametos embriones.
Para las parejas serodiscordantes, donde uno de los miembros es HIV positivo y el otro no, existen desafíos significativos en términos de salud reproductiva. Estas parejas enfrentan riesgos de transmisión viral durante las relaciones sexuales. En pacientes con buena adherencia al tratamiento antirretroviral, en los cuales se logre una carga viral en sangre suprimida de manera sostenida, este riesgo es mucho menor. Además, en el contexto de un tratamiento de reproducción asistida, el uso de técnicas como el lavado de esperma puede reducir aún más el riesgo de transmisión.
En cuanto a la transmisión vertical, el HIV puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia. Sin tratamiento, el riesgo de transmisión vertical puede superar el 20%, pero el uso de la terapia antirretroviral durante el embarazo, junto con medidas como la cesárea y la supresión de la lactancia, puede reducir el riesgo a menos del 2%.
Opciones reproductivas seguras para personas con HIV
El lavado de semen es un método utilizado para reducir el riesgo de transmisión de HIV en parejas serodiscordantes que desean concebir, donde el hombre es HIV positivo y la mujer es HIV negativa. Este procedimiento implica la realización de un gradiente de densidad para separar los espermatozoides móviles de otros componentes del semen, incluyendo el virus. Posteriormente, se realiza un procedimiento de “swim up” para obtener una fracción de espermatozoides altamente móviles y libres de virus.
Antes de utilizar el esperma procesado para la inseminación intrauterina o la FIV, se recomienda realizar pruebas virológicas como la PCR para descartar la presencia del virus en la muestra procesada, lo que proporciona una medida adicional de seguridad.
Asesoramiento y asistencia psicológica
Actualmente y gracias al descubrimiento de la terapia antirretroviral, el futuro de las personas con HIV ha cambiado. No solo ha mejorado la sobrevida y calidad de vida, sino que también ha permitido planificar la maternidad de una manera más segura.
Lamentablemente aún existe un estigma social hacia estas personas, lo que conlleva a un deterioro tanto en sus relaciones personales, laborales, como hasta en dificultades para el acceso a la salud y problemas psicológicos.
Para finalizar
El seguimiento de las personas con HIV requiere de un equipo multidisciplinario especializado en esta problemática compuesto por médicos infectólogos, especialistas en reproducción asistida y psicólogos entre otros profesionales.
Es importante apoyar a las personas con HIV dándoles la oportunidad de llevar una vida saludable.
Si consideras que podemos ayudarte a formar tu familia, no dudes en contactarnos.