Al momento de buscar un embarazo sin éxito, muchas personas acuden a diversas prácticas de reproducción asistida. Estos tratamientos médicos están destinados para aquellas personas, sin importar su género, que cuentan con dificultades de fertilidad.
Son tratamientos que se aplican en casos de que uno o ambos de los progenitores tengan problemas a la hora de concebir. Las prácticas de reproducción asistida más utilizadas y reconocidas en la actualidad: la Inseminación Artificial y la Fecundación In Vitro.
¿Qué es la Inseminación Artificial?
La inseminación artificial (IA), es un tipo de práctica, la cual trata en la introducción de una muestra seminal, en el interior del útero de la mujer. La muestra de semen se extrae y condiciona en el laboratorio, para poder optar por la mejor calidad de espermatozoides, aptos para la fertilización.
Esta práctica se realiza luego de un tratamiento de ovulación y no requiere la extracción de óvulos. Busca reducir la distancia entre el óvulo y los espermatozoides, para obtener más probabilidades de éxito en la fecundación.
¿Qué es la fecundación in vitro o FIV?
La Fecundación In Vitro (FIV), se lleva a cabo en un laboratorio de reproducción. Se realiza una extracción de los óvulos de la mujer a través de una intervención quirúrgica. En esta cirugía se suelen obtener entre seis y quince óvulos.
Una vez extraídos, se fecundan en el laboratorio con la muestra de gametos masculinos. A partir de esto se obtienen los embriones, los cuales se introducen en el interior del útero de la mujer, esperando su evolución para lograr el embarazo.
Muchas personas confunden estas dos prácticas, por lo que es importante diferenciarlas para entender cuál es la más indicada en el caso de desear implementarla.
La diferencia entre la Inseminación Artificial y la Fecundación In Vitro
Una de las diferencias principales entre la Inseminación Artificial y la Fecundación In Vitro, consiste en el lugar preciso donde se realiza la fecundación. La primera técnica se realiza de forma intrauterina, es decir, dentro del útero de la mujer. En cuanto a la Fecundación In Vitro, la fecundación se lleva a cabo en un laboratorio, involucrando un desarrollo del embrión, para una introducción al útero posterior.
En cuanto a los gametos femeninos y masculinos, ambas prácticas pueden incluir una muestra seminal del futuro padre o de un donante. Sin embargo, durante la Fecundación In Vitro, el óvulo puede pertenecer tanto a la futura madre o de una donante.
Al hablar de la complejidad de estos tratamientos, la Inseminación Artificial es una práctica ambulatoria considerada simple. Por otra parte, la Fecundación In Vitro requiere en su primera instancia, de una cirugía para extraer los óvulos.
Otra diferencia entre estas prácticas es la estimulación ovárica. En la Inseminación Artificial, esta motivación es considerada mínima. Esto se debe a que se quiere evitar un embarazo múltiple.
La Fecundación In Vitro, por otra parte, requiere una estimulación ovular para poder conseguir la obtención de múltiples óvulos. Es por ello que en algunos casos de Fecundación In Vitro, concluyen con éxito embarazos múltiples.
En cuanto al número de intentos de estos tratamientos, la Inseminación Artificial puede reiterarse en cada ciclo de la mujer.
Por el lado de la Fecundación In Vitro, es recomendable descansar el cuerpo de la mujer y sus ovarios, debido a la sobre estimulación ovárica. Puede llevar unos ciclos el tiempo que requiere que vuelvan a su estado regular. Generalmente, suelen realizar entre sus descansos, hasta tres intentos.
La Fecundación In Vitro brinda mucha información a la hora de realizar una técnica de Fertilización Asistida. A diferencia de la Inseminación Artificial, puede observarse la calidad de los óvulos, el porcentaje de éxito o tasa de fecundación y la eficacia embrionaria. Así mismo, es posible detectar las causas de la infertilidad, asegurando un mejor diagnóstico reproductor.
En relación a la probabilidad de conseguir un embarazo, la Inseminación Artificial tiene una tasa de éxito de entre el 15% y el 20%. Por otra parte, en la Fecundación In Vitro existen aspectos que pueden cambiar estos valores. En casos de mujeres menores a los 35 años, la tasa de éxito puede llegar al 82,3%. En aquellas mujeres mayores, hasta los 42 años, este número va desde el 40% y el 60%.
Otra diferencia entre estas técnicas reside en la función de las Trompas de Falopio. En la Inseminación Artificial, es imperioso que se encuentren permeables para poder realizar la fertilización. Es decir, que puedan realizar la mecánica de unión entre el óvulo y el espermatozoide. De distinto modo, esta condición no es necesaria en el caso de realizar una Fecundación In Vitro.
¿Qué tratamiento de Reproducción Asistida elegir?
Es importante asesorarse por un equipo multidisciplinario para poder elegir la práctica más adecuada a cada caso en particular. Es por eso que en In Vitro Buenos Aires invitamos a todos nuestros pacientes a contactar a nuestro equipo de profesionales para poder realizar aquellas preguntas y exámenes indicados para determinar cuál es el mejor tratamiento posible, a la hora de decidir realizar una elección tan importante como la de comenzar una familia.