A la hora de buscar un embarazo, muchas mujeres presentan dificultades. Esto puede deberse a distintas causas atribuidas a factores como el tubárico, ovárico, uterino y cervical. Las pruebas de fertilidad femenina funcionan para obtener un diagnóstico acertado y permiten establecer una posible solución.
Al realizar ciertos estudios en torno a la esterilidad de las mujeres, es posible revelar el funcionamiento del sistema reproductor y distinguir las causas de la dificultad existente a la hora de concebir.
Nuestros expertos sugieren llevar a cabo determinadas pruebas al cumplirse el período de un año de encontrarse intentando lograr un embarazo. En el caso de mujeres mayores a los 35 años, esta consulta puede realizarse a los seis meses.
¿Qué es una prueba de fertilidad y en qué consiste?
Una prueba de fertilidad es un protocolo clínico mediante el cual se diagnostican las diversas causas de esterilidad femenina.
Este procedimiento permite conocer en detalle el funcionamiento del sistema reproductor y otorgar al paciente una solución o tratamiento de fertilidad asistida para poder conseguir un embarazo.
En el caso de que el paciente desee acudir a la reproducción asistida, conocer la permeabilidad de las trompas, la existencia de anomalías en el útero o el estado del endometrio otorgará información importante para elegir el método que mejor se adecúe a cada situación.
Estas pruebas consisten en una serie de estudios que se llevan a cabo a lo largo de dos meses. Son análisis que se encargan de determinar si la mujer posee una correcta ovulación y el estado de salud de sus ovarios, útero y trompas de Falopio. Asimismo, ayudan a detectar posibles enfermedades o desbalances hormonales.
Posibles causas de la infertilidad femenina
Al momento de estudiar las causas de dificultades en fertilidad femenina, existen varios orígenes atribuidos a uno o más factores. Las mujeres con infertilidad pueden presentar algunas de las siguientes condiciones:
- Factor ovárico: alteraciones hormonales en el ciclo menstrual que derivan a una anovulación o falta de ovulación. Factores como el estrés, bajo peso, sobrepeso, mediación, problemas de tiroides pueden causar estas variaciones ováricas.
- Factor tubárico: problemas en el funcionamiento de las trompas de Falopio que impiden el encuentro entre el óvulo y el espermatozoide. Una anomalía de estas características puede derivar también en que el óvulo no logre llegar hacia el útero, donde se realiza la implantación y gestación.
- Factor cervical: crecimientos anormales, variaciones en la morfología del cuello del útero o cérvix que impide que los espermatozoides alcancen al óvulo ubicado en el útero.
- Factor uterino: consiste en problemas en el endometrio o distintas malformaciones que impiden la fertilización del óvulo a término. Las causas más recurrentes son la endometriosis, los miomas y los pólipos.
¿Cuáles son las pruebas de fertilidad femenina y en qué consisten?
En una primera instancia, se lleva a cabo un análisis hormonal y una ecografía. Dependiendo de los resultados de dichos estudios, el médico determinará si es necesario efectuar otros procedimientos para confirmar las causas de la infertilidad femenina.
Algunas de las pruebas de fertilidad femenina son:
- Análisis hormonal: comprueba la existencia de alteraciones menstruales que se deban a problemas endocrinos. Este estudio examina los siguientes valores hormonales:
- Hormona foliculoestimulante (FSH): determina la reserva ovárica.
- LH: ayuda a conocer el funcionamiento de los ovarios y la ovulación o falta de esta.
- Prolactina: hormona neurológica que regula el ciclo menstrual y la hipófisis.
- Estradiol: establece el desarrollo folicular, la reserva ovárica y el endometrio.
- Progesterona: al ser generada luego de la ovulación, indica el funcionamiento ovárico.
- Hormona antimulleriana (AMH): instituye proporcionalmente la reserva ovárica.
Cabe aclarar que existen otras hormonas de origen no sexual que pueden alterar la esterilidad femenina como la TSH, tiroxina libre, triyodotironina libre y testosterona total.
- Ecografía transvaginal: observa el útero y los ovarios para verificar la existencia de malformaciones uterinas y supervisar el recuento de folículos antrales, que derivan en la cantidad de óvulos existentes.
- Histerosalpingografía (HSG): ayuda a diagnosticar mediante rayos X la composición y estado del útero y trompas de Falopio. Este método por contraste ayuda a decidir qué método de reproducción asistida elegir, ya que permite conocer la permeabilidad de las trompas.
- Estudio del cariotipo: determina las posibles alteraciones en el número o estructura de los cromosomas que pueden provocan infertilidad. Se lleva a cabo especialmente en casos de abortos espontáneos o implantaciones fallidas.
- Histeroscopia (HSC): este estudio se realiza mediante una endoscopía por la cual se puede diagnosticar anomalías uterinas como pólipos, miomas o lesiones en el endometrio.
- Biopsia endometrial: en este análisis se extrae una muestra de la capa interna del útero denominada tejido endometrial, para evaluarla en laboratorio.
¿Qué prueba de fertilidad femenina conviene elegir?
Cuando una persona busca quedar embarazada y no lo consigue, pueden surgir muchas incertidumbres.
Es por ello que en In Vitro Buenos Aires aconsejamos contactar a nuestro equipo de profesionales para obtener un asesoramiento personalizado. De esta manera, cada paciente podrá conocer en detalle en qué situación se encuentra y decidir cuáles son las mejores opciones y prácticas a seguir.