Un mioma uterino es un tumor benigno que, afortunadamente, puede tratarse con distintas terapias. Uno de sus principales síntomas es la infertilidad o los abortos de repetición.
En esta nota te contamos todo lo que hay que saber ante la existencia de un mioma uterino, cómo detectarlo y qué tipos de tratamientos existen para solucionarlo.
¿Qué es un mioma uterino?
Un mioma uterino es un tumor que crece en el útero. Los miomas generalmente son benignos, lo que significa que no tienen la capacidad de devenir en cáncer. Se trata de una afección común, sobre todo en mujeres que rondan los 50 años de edad.
Sin embargo, una de cada cinco mujeres puede tener miomas uterinos en su etapa fertil, y su aparición es muy poco frecuente en menores de 20 años.
Si bien no existe una causa precisa y comprobada del mioma uterino, se cree que pueden estar ligados a cuestiones genéticas, o bien causados por determinadas hormonas.
En cuanto a sus características, pueden ser de diferentes tamaños, aunque generalmente son pequeños. Sin embargo, ocasionalmente puede aparecer un mioma más grande, que cubra gran parte del útero.
Los miomas uterinos se alojan en la pared muscular del útero (miometriales) o debajo de la superficie del revestimiento uterino (submucosos).
También existen los de tipo subseroso, alojados en la cubierta externa del útero; y pedunculados, situados en un tallo o pedúnculo largo en la parte externa del útero o dentro de su cavidad.
3 síntomas frecuentes de un mioma uterino
Aunque en muchos casos los miomas pasan desapercibidos sin síntomas aparentes, más del 30% de las mujeres que los tienen presentan alguna complicación en su período menstrual u otros signos visibles.
La infertilidad es uno de ellos. Cuando una mujer no puede quedar embarazada o presenta abortos espontáneos en sus intentos de estarlo, la causa podría ser la existencia de miomas uterinos.
Sin embargo, los tres síntomas principales de los miomas uterinos son:
- Períodos menstruales que pueden durar más de lo normal, con sangrados abundantes (a veces con coágulos de sangre) y entre períodos.
- Cólicos y retorcijones pélvicos durante los períodos.
- Necesidad de orinar con mucha frecuencia y sensación de presión en la parte baja del abdomen.
El dolor durante las relaciones sexuales también podría estar relacionado, pero no es un síntoma exclusivo de los miomas uterinos.
Mioma uterino y embarazo: complicaciones y tratamiento.
El diagnóstico de los miomas uterinos se da por ecografías transvaginales, histerosonografía (ecografía con infusión salina) o una resonancia magnética. Todos estos estudios dependen de la orden de un médico ginecólogo y pueden surgir en la revisión rutinaria.
En cuanto a su relación con las complicaciones para el embarazo, cabe destacar que solo aplica a los miomas de tipo submucoso.
Los miomas subserosos (desarrollados por fuera del útero) no impiden la gestación. Los intramurales tampoco están vinculados a la infertilidad, aunque por su tamaño podrían bloquear el canal de parto y requerir una cesárea.
Por lo tanto, los miomas submucosos son los relacionados a las complicaciones en el embarazo. Esto se debe a su posición en el endometrio y el riesgo de un bloqueo en la entrada del óvulo a las trompas de falopio. A su vez, también pueden complicar la implantación del embrión.
Los abortos espontáneos causados por los miomas uterinos submucosos suelen transcurrir en los primeros tres meses de embarazo.
Existen distintos tratamientos para los miomas uterinos, pero en el caso de los submucosos el procedimiento más común es quirúrgico.
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